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Frases sobre el arte
· El arte no reproduce lo visible, lo hace visible. P.Klee
· El color es en general un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El ojo es el martillo templador. El alma es un martillo con muchas cuerdas. El artista es la mano que, mediante una tecla determinada, hace vibrar el alma humana. W. Kandinsky
· La finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia de las cosas, no el copiar su apariencia. Aristóteles.
· El arte es para ser sentido y no para ser comprendido. Por eso cada vez que se quiere hablar de él según la inteligencia no se dicen más que tonterías. Remy de Gourmont
· La belleza artística no consiste en representar una cosa bella, sino en la bella representación de una cosa. Kan.
¿QUÉ ES EL ARTE?
Dice Rodin que El arte es el placer de un espíritu que penetra en la naturaleza y descubre que también ésta tiene alma".
Cuando yo estudié se definía el arte como “la realización de la belleza por la persona humana”, entendiéndose por belleza “aquello que visto agrada”. Hoy día pocos admitirían esta definición que tendría su otro extremo en considerar arte a “aquello que llama la atención” poniéndose el énfasis en la novedad y en ruptura. Entre estos dos extremos podemos encontrar una multitud de definiciones de arte de las cuales entresacamos estos elementos:
- El sujeto: Se trata de una actividad humana realizada por el artista. E. Gombrich, llega a decir que «En realidad el arte no existe: sólo hay artistas».
- El objeto del arte es el alma de la naturaleza exterior o interior al artista. Todos coinciden en afirmar que, como dice Aristóteles, la finalidad del arte es dar cuerpo a la esencia de las cosas, no el copiar su apariencia, es trascender lo vulgar y ordinario mediante recursos artísticos.
- Los instrumentos o recursos plásticos, lingüísticos, sonoros, o mixtos lo que supone tener alguna tipo de destreza en las técnicas que se utilicen en el desarrollo propio de esa manifestación artística.
- La novedad o ruptura de manera que la obra creada debe poder aportar algún tipo de visión nueva. Este punto en sí importante ha llegado a veces a imponerse sobre los otros, sobre todo en cierto “arte” actual, hasta el punto de olvidar los otros elementos. De todas maneras hay que tener en cuenta que con el sólo hecho de que el artista refleje en la obra su personalidad única e irrepetible, ya ofrece una novedad…
5. El observador del arte en quien provoca algún tipo de emoción o asombro. Este debe tener algún tipo de formación en la disciplina concreta del arte que experimenta para incrementar el placer artístico. Aunque no por ser experto en arte se va a disfrutar más, sí es cierto que la capacidad de observar el todo, comprendiendo los detalles y la técnica ofrece una experiencia artística más intensa. Con todo debe considerarse también el peligro de volverse "tecnocrítico" y juzgar la obra de arte exclusivamente por la calidad de sus "componentes" y no por la obra de arte en sí misma.
De todo lo dicho…. Podríamos definir el arte como “la obra de una persona que descubre el alma de la naturaleza interior o exterior y expresa o comunica esa experiencia a los demás por medio de elementos plásticos, lingüísticos o sonoros.
En la persona que contempla la obra de arte podemos distinguir dos aspectos principales:
1. La sensación de asombro, emoción, complacencia que experimenta al encontrarse ante la obra arte que es mayor cuanto mayor sea la sensibilidad para ir más allá de lo puramente material.
En este aspecto la formación en la disciplina concreta en el arte que experimenta incrementará el placer artístico, pues la capacidad de observar el todo, comprendiendo los detalles y la técnica ofrece una experiencia artística más intensa. Sin embargo esto puede tener el peligro, como ocurre con frecuencia en ciertos ambientes culturales o artísticos, de juzgar la obra de arte exclusivamente por la calidad de sus "componentes" y no por la obra de arte en sí misma.
2. La experiencia psicológica personal y única nacida de la proyección de su inconsciente y de sus experiencias personales que originan unas sensaciones, agradables o desagradables, únicas.
“A alguien le puede complacer un paisaje porque lo asocia a la imagen de su casa, o un retrato porque le recuerda a un amigo. No hay perjuicio en ello. Todos nosotros, cuando vemos un cuadro nos ponemos a recordar mil cosas que influyen sobre nuestros gustos y aversiones” E.H Gombrich. Historia del Arte
La luz y el Color en la Pintura
«Para el pintor, lo único verdadero son los colores. Un cuadro no representa nada más que colores».Con estas palabras Cezanne pone de manifiesto que el color es el elemento plástico fundamental de la pintura.
El color ha contribuido en buena medida a acentuar la imitación de la naturaleza en el arte, con función de acentuar la sensación de realidad y verismo. Y es el color en sí mismo, independientemente de la naturaleza, el que se nos propone como signo distintivo de las cosas, y como componente de un orden que tiene su propia existencia, distinta de la natural.
"El color es, en general, un medio para ejercer una influencia directa sobre el alma. El ojo es el martillo templador. El alma es un martillo con muchas cuerdas. El artista es la mano que,
mediante una tecla determinada, hace vibrar el alma humana". W. Kandinsky.
“El sentimiento de la pintura no es preciso buscarlo: está ahí, en la luz, como algo dado, como si lo produjese la certeza de su procedencia. Y aflora a la superficie del color con la exhalación calma o terrible de una ola” Antonio Gala
Al pintar parto de las cosas que me rodean: la naturaleza, los pueblos o ciudades, las cosas que conviven con nosotros... aunque no me quedo en ellas, no busco una mera reproducción de la realidad, pues quiero trascenderla comunicando lo que esta realidad me dice, me inspira; la impresión que ella me produce
COMENTARIOS SOBRE EL ARTE ACTUAL
"Los seres humanos de ahora han puesto su corazón en cosas completamente diversas: máquinas, descubrimientos científicos, riquezas, dominio de las fuerzas naturales y de las extensiones de la tierra. Ya no sienten el arte como una necesidad vital, espiritual, como sucedía en los siglos pasados. Muchos de ellos continúan actuando como artistas y ocupándose del arte, pero lo hacen por razones que poco tienen que ver con el verdadero arte, lo hacen por espíritu de imitación, por la nostalgia de la tradición, por la fuerza de la inercia, por amor a la ostentación, al lujo, a la curiosidad intelectual, por seguir la moda o por cálculo. Por hábito o por «snobismo» viven todavía en un pasado reciente, pero la inmensa mayoría, tanto de la clase elevada como de la inferior, no siente una sincera y cálida pasión por el arte, al que considera, a lo más, como una expansión, una diversión o un ornato. Poco a poco, a medida que las nuevas generaciones se enamoren de la mecánica y de los deportes, se vuelvan más sinceras, mas cínicas y más brutales, dejarán el arte en los museos y bibliotecas, como restos inútiles e incomprensibles del pasado.
» ¿Qué puede hacer un artista que, como me ha sucedido a mí, ve con claridad ese próximo fin? Sería un partido demasiado duro cambiar de ocupación, y además, peligroso desde el punto de vista alimenticio. Para él no quedan más que dos caminos: procurar divertirse y procurar ganar dinero.
Picasso a Jovanni Papini
ENTREVISTA: MARC FUMAROLI Pensador y ensayista
"No llamemos arte al arte contemporáneo"
J. M. MARTÍ FONT - Barcelona - 28/09/2010
El viejo polemista francés vuelve a la carga. Si hace 20 años fustigó con saña la 'grandeur' cultural de la V República, de Malraux a Jack Lang, su nuevo ensayo se las ve con lo que considera las grandes falacias culturales de nuestro tiempo
La historia no tiene un sentido determinado y el arte contemporáneo no merece ser llamado arte. Marc Fumaroli (Marsella, 1932) ha estado en Barcelona para presentar París-Nueva York- París. Viaje al mundo de las artes y de las imágenes (Acantilado), "un panfleto erudito", en palabras de su editor, en el que vuelve al eterno debate entre los antiguos y los modernos.
"Me hace feliz estar contracorriente, incluso ser muy reaccionario" "Los del 68 son hoy capitalistas y controladores del sistema mediático"
Pregunta. ¿Es usted reaccionario?
Respuesta. ¿Reaccionario? Es verdad que me gusta mucho reaccionar y las gentes que reaccionan están muy vivas. Lo tomo en el sentido exacto del término. No creo que la historia tenga un sentido ni que tengamos que inclinarnos ante el sentido de la historia. La gente que me interesa son aquellos que van contracorriente. He conocido la época en la que todo el mundo marchaba en el sentido de la historia, que no era otro que el que se marcaba desde Moscú. Me hace feliz estar contracorriente e incluso ser muy reaccionario. Cierto, ahora hay que reaccionar contra otras cosas distintas a las del momento en el que la URSS era considerada en Francia como la promesa del futuro de la humanidad.
P. Hay quien dice que Francia es un país soviético que ha tenido éxito.
R. O que Francia es el último país del Este, sí, pero no hay que tomárselo en serio. Lo que sí es cierto es que nuestra modernidad es nuestro Estado, lo que desde el punto de vista anglosajón es una cosa extraña, pero ahora lo hemos sustituido por la sumisión servil a una imagen falsa que Europa se hace de Estados Unidos.
P. Es usted especialmente crítico con el arte contemporáneo, con esta concepción del arte espectáculo...
R. No solo del arte espectáculo, sino del arte negocio. Hay una nueva clase social que surge de la acumulación del dinero en una esfera extremadamente estrecha, pero mundial. Estos millonarios ya no quieren tener en casa un tiziano o un delacroix, sino signos exteriores de riqueza. Y eso es lo que les proporcionan las galerías que les ofrecen tiburones dentro de tanques de formol o juguetes sofisticados como los que produce Jeff Koons.
P. ¿No cree que este arte pueda llegar a ser popular?
R. A la gente le gustan otras cosas, el deporte, la música rock... No me parece mal. Lo que me resulta odioso es vender a esta gente, que no lo quiere y que tampoco se lo puede permitir, un arte reservado a la imagen de los famosos. La gente común va mucho más al museo del Louvre, a los museos de arte antiguo... Esos lugares convocan auténticas peregrinaciones.
P. ¿En qué momento el arte toma esta deriva? ¿La culpa la tiene Marcel Duchamp?
R. No, claro que no. ¡Pobre Duchamp! Era un snob francés muy elegante que jamás se hubiera encontrado con Warhol. Lo suyo era el privilegio de pequeños grupos muy exquisitos. Cuando el MOMA hizo la primera retrospectiva de Warhol, Duchamp devolvió la invitación, que no era sino la imagen de La Gioconda con bigotes, que él mismo había realizado. Consideró obsceno que aquel mal artista utilizara una imagen que él había inventado para hacerse su propia publicidad. Hay un mundo entre Duchamp y Warhol. La fórmula de Duchamp era: 'todo lo que se pone en un museo se convierte en obra de arte'. Warhol la utiliza en el sentido de que todo lo que hay en los supermercados puede entrar en museo y convertirse en obra de arte. Nunca Duchamp pensó esto.
P. ¿La línea roja la marcaría el pop americano?
R. Creo que ha influido mucho transportándonos a este universo que no está hecho para los europeos. Hay un punto común en el arte, la exigencia de una obra, y hemos entrado en un mundo en el que el arte no supone una obra, sino solo un concepto, una cosa efímera que durará un tiempo breve y que, momentáneamente excita un poco a los periodistas. Esta es la gran ruptura. No hay derecho a utilizar la palabra arte para lo que se llama el arte contemporáneo, no lo llamemos así; habrá que inventar otra palabra, tal vez entertainment para millonarios.
P. Pero hay artistas que aún hacen arte...
R. Sí, pero no tienen el favor de los medios de comunicación, ni de los museos. En España hay gente interesante, hay pintores notables. Si vuelve la pintura y la escultura, lo que sucederá, España estará en primera fila. Sartre dijo una vez: hay gente retrasada que está por delante.
P. ¿No será usted sartriano?
R. No, pero sucede que Sartre, de vez en cuando, dijo algunas verdades. Sartre es un fenómeno de la posguerra, un profesor que nunca debió ocupar el lugar que tuvo, pero la guerra y el hecho de que una buena parte de la intelligentsia francesa fuera colaboracionista le convirtió en una especie de vedette que nunca debió ser. Y él se volvió loco, a fuerza de creerse vedette. Personalmente -y no soy el único-, nunca consideré que Sartre fuera un maître à penser.
P. Tampoco parece tener usted muchas simpatías por el Mayo del 68.
R. El único aspecto simpático de la gente de Mayo del 68 es que se reían del general De Gaulle y del gaullismo, que en el fondo era un régimen estrecho, mezquino. Por lo demás no hicieron más que abrir la puerta a la mercantilización general del universo. Todos se han convertido en capitalistas y en controladores del sistema mediático. Los sesentayochistas son quienes ahora tienen el poder. Desde el primer momento me di cuenta de que no eran más que hedonistas que se iban a lanzar a la sociedad de consumo.
P. Pero hubo varios 68...
R. Sí, en Estados Unidos era mucho más interesante, porque era un movimiento anticapitalista, un movimiento un poco ingenuo pero antiutilitarista, se trataba de reencontrar la felicidad, la voluptuosidad, la naturaleza... Estaba Bob Dylan, Allen Ginsberg, era un movimiento de salida del universo material, fordista, había algo noble en ello. En Francia era totalmente glacial, la gente que estaba vendida de antemano, gente como Cohn Bendit... insoportable. Ahora se les ve gordos, viejos.
P. ¿Es usted un optimista o un melancólico?
R. Es necesario un optimismo que sea capaz de absorber el pesimismo, no de esconderlo o rechazarlo, sino de devorarlo, de quemarlo. En la medicina antigua había la idea de que los melancólicos podían ser locos o genios. Los unos quemaban su melancolía y se convertían en genios iluminados por el incendio, y los otros se volvían locos porque la melancolía es pesada y aplasta, es como el petróleo. Es profundamente verdadera esta idea. Ahora estamos en la fase del petróleo y estamos ahogados por el petróleo. La literatura, cuando vuelva, será la literatura de lo grotesco, porque hacer reír ya es curar. Hacen falta dos o tres Rabelais.
Publicado por el diario el País el día 28/10/2010
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El arte contemporáneo es una farsa: Avelina Lésper
"La carencia de rigor (en las obras) ha permitido que el vacío de creación, la ocurrencia, la falta de inteligencia sean los valores de este falso arte, y que cualquier cosa se muestre en los museos", afirmó Lésper.
FUENTE:
http://www.vanguardia.com.mx/elartecontemporaneoesunafarsaavelinalesper-1362825.html
jueves, 30 de agosto del 2012
Ciudad de México.- Con la finalidad de dar a conocer sus argumentos sobre el por qué el arte contemporáneo es un "falso arte", la crítica de arte Avelina Lésper ofreció la conferencia "El Arte Contemporáneo- El dogma incuestionable" en la Escuela Nacional de Artes Plásticas (ENAP) en donde fue ovacionada por los estudiantes.
"La carencia de rigor (en las obras) ha permitido que el vacío de creación, la ocurrencia, la falta de inteligencia sean los valores de este falso arte, y que cualquier cosa se muestre en los
museos", afirmó Lésper.
Explicó que los Los objetos y valores estéticos que se presentan como arte, son aceptados, en completa sumisión a los principios que una autoridad que impone.
Lo que ocasiona que cada día se formen sociedades menos inteligentes y llevándolos a la barbarie. También abordó el tema del Ready Made, sobre el que expresó que mediante esta corriente
"artística", se ha regresado a lo más elemental e irracional del pensamiento humano, al pensamiento mágico, negando la realidad. El arte queda reducido a una creencia fantasiosa y su presencia en
un significado. "Necesitamos arte y no creencias".
Asimismo, destacó la figura del "genio", artista con obras insustituible, personajes que en la actualidad ya no existen. "Hoy con la sobrepoblación de artistas, estos no son prescindibles y la
obra se sustituye por otra, porque carece de singularidad".
Detalló que la sustitución de artistas se da por la poca calidad de sus trabajos, "todo lo que el artista realice esta predestinado a ser arte, excremento, filias, odios, objetos personales,
imitaciones, ignorancia, enfermedades, fotos personales, mensajes de internet, juguetes, etc. Actualmente hacer arte es un ejercicio ególatra, los performances, los videos, instalaciones están
hechos con tal obviedad que abruma la simpleza creadora, y son piezas que en su inmensa mayoría apelan al menor esfuerzo, y que su accesibilidad creativa nos dice que es una realidad, que
cualquiera puede hacerlo".
En ese sentido, afirmó que no darle el status al artista que lo merece, ocasiona un alejamiento del arte a las personas, lo demerita, lo banaliza. "Cada ves que alguien sin méritos y sin trabajo
real excepcional expone, el arte va decreciendo en su presencia y concepción. Entre más artistas hay, las obras son peores, la cantidad no está aportando calidad".
"El artista ready made toca todas las áreas, y todas con poca profesionalidad, si hace video, no alcanza los estándares que piden en el cine o en la publicidad; si hace obras electrónicas o las
manda a hacer, no logra lo que un técnico medio; si se involucra con sonidos, no llega ni a la experiencia de un Dj. Se asume ya que sí la obra es de arte contemporáneo, no tiene por que alcanzar
el mínimo rango de calidad en su realización. Los artistas hacen cosas extraordinarias y demuestran en cada trabajo su condición de creadores, ni Demian Hirst, ni Gabriel Orozco ni Teresa
Margolles, ni la inmensa lista de gente que crece son artistas, y esto no lo digo yo, lo dicen sus obras", aseveró.
Como consejo a los estudiantes, les indicó que dejen que su obra hable por ellos, no un curador, no un sistema, no un dogma, "su obra dirá si son o no artistas, y si hacen este falso arte, se los
repito no son artistas".
Lésper aseguró que hoy día, el arte dejó de ser incluyente, por lo que se ha vuelto en contra de sus propios principios dogmáticos y en caso de que al espectador no le guste, lo acusa de
"ignorante, de estúpido y le dice con gran arrogancia, si no te gusta es que no entiendes".
"El espectador, para evitar ser llamado ignorante, no puede ni por asomo decir lo que piensa, para este arte todo público que no es sumiso a sus obras es imbécil, ignorante y nunca está a la
altura de lo expuesto ni de sus artistas, así el espectador presencia obras que no demuestran inteligencia", denunció.
Finalmente, señaló que el arte contemporáneo es endogámico, elitista; como vocación segregacionista, realizado para su estructura burocrática, para complacer a las instituciones y a sus
patrocinadores. "Su obsesión pedagógica, su necesidad de explicar cada obra, cada exposición, su sobre producción de textos es la implícita acotación del criterio, la negación a la experiencia
estética libre, define, nombra, sobreintelectualiza la obra para sobrevalorarla y para impedir que la percepción sea ejercida con naturalidad".
La creación es libre, pero la contemplación no lo es. "Estamos ante a dictadura del más mediocre".
Ver en:
http://www.vanguardia.com.mx/elartecontemporaneoesunafarsaavelinalesper-1362825.html
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